No es fácil hablar de un proyecto llave en mano, ya que conlleva mucha responsabilidad por cada una de las ingenierías que se deben de integrar en un mismo proyecto para tener un buen resultado final. Aunque son diferentes, cada ingeniería debe de trabajar en la misma sintonía para alcanzar el objetivo común; la responsabilidad es el cumplimiento de sus actividades en tiempo y forma. También se incluyen las actividades en común que enlazan una ingeniería con otra para avanzar durante el proceso constructivo de una forma coordinada y productiva.
No cualquier empresa puede ofrecer esta modalidad de proceso constructivo, solamente lo pueden hacer aquellas que le apuestan a la estructura, desarrollando capital humano y la infraestructura necesaria para poder ofrecer el servicio. Esto implica mucho desarrollo e inversión en herramientas, que conllevan a lograr especializaciones en cada una de sus áreas. Solamente aquellas empresas que son integradoras de ingenierías, como Meprosa, tienen el conocimiento de cómo lograrlo. Es una mezcla de conocimientos, aprendizajes, experiencias, fracasos, retos e inversión.
Al ser integradores de ingenierías, vamos evolucionando nuestro servicio integral ya que podemos ofrecer, tratar y hablar de varias especialidades incluidas en un proyecto total, al mismo tiempo. Esto significa que nuestro equipo de trabajo se actualiza y especializa de manera continua en cada una de las áreas de un proyecto integral, brindando soluciones, soporte y seguimiento al cliente.
Cuando nos referimos a la inversión en capital humano, hacemos hincapié en el desarrollo y capacitación de nuestro personal para lograr una alta especialización en cada uno de los temas que conforman un proyecto llave en mano. Esto nos habilita a que podamos hablar el mismo idioma con el cliente en las diferentes fases y áreas del proyecto; es decir, entendemos todas las necesidades y requerimientos que se deben tener para resolver todo lo referente a una correcta asesoría, planeación, ingeniería, construcción, puesta en marcha y servicio post venta.
A continuación vamos a describir el proceso que define la integración de las ingenierías, para tener como resultante final la construcción de un proyecto bajo esta modalidad. Para efectos de este contenido, vamos a tomar como ejemplo la construcción de un centro de acopio de cero a 100. Es decir, desde la ubicación y compra del terreno hasta la capacitación y puesta en marcha de la planta.
El primer paso es llevado a cabo por la fuerza de ventas, quienes hacen el primer contacto con un cliente potencial, donde se explica y presenta a Meprosa como empresa y los productos y servicios que ofrecemos. Durante esa reunión existe un intercambio de información entre el cliente y el vendedor, y se comienzan a detectar las necesidades y/o requerimientos que el cliente tiene. Se procede a ubicar el terreno necesario para la construcción de éste proyecto; en algunas ocasiones, el cliente ya cuenta con el terreno, y en otras nos convertimos en asesores para una buena decisión de ubicación y compra. Durante la asesoría del terreno se busca que el lugar cuente con los servicios públicos básicos (agua, luz, drenaje), accesos a rúas principales como carreteras, vías de tren y puertos marítimos. Al finalizar, el vendedor sale con la información necesaria para poder presentar ante el cliente un anteproyecto.
El segundo paso comienza en una reunión entre la fuerza de ventas y el departamento de ingeniería de proyecto, donde se asigna a un ingeniero de proyectos, específicamente para recopilar toda la información proveniente del vendedor para aterrizarla en un anteproyecto. Un anteproyecto se define como una radiografía de las necesidades expresadas por el cliente, que por lo general se plasma en dibujos y planos generales. La intención es presentarle al cliente sus ideas en papel “blanco y negro” para dar inicio a las revisiones y ajustes del proyecto entre cliente y vendedor, para lograr a detalle el proyecto deseado que venga a satisfacer las necesidades y/o requerimientos reales del momento. Los números de revisiones varían de cliente en cliente; en algunos casos a la primera o segunda revisión se define el proyecto a cotizar, en otros casos hemos llegado hasta la versión quince para definir un proyecto a cotizar. Una vez llegado a un mutuo acuerdo de que la necesidad real es resuelta, ha quedado definido el proyecto y se procede a cotizar.
El tercer paso es presentar una cotización formal, acompañado de los planos generales definidos en el paso anterior; en dicha cotización desarrollamos de forma conceptual y cuantitativa todas las ingenierías involucradas en el proyecto bajo esta modalidad. Iniciamos con el desarrollo de obra civil, que va desde la transformación de un terreno agrícola, o en greña, hasta la construcción de los cimientos necesarios para el montaje e instalación de cada uno de los equipos necesarios para la correcta operación de un centro de acopio. En éste rubro de obra civil, estamos hablando de trabajos de preparación de terreno y terracerías, el uso de varillas y concreto para construir los cimientos anteriormente mencionados. La segunda ingeniería se basa en el conocimiento técnico de los equipos necesarios para el proyecto, y se define como mecanizaciones y equipos a utilizar. La tercera ingeniería a desarrollar son las estructuras y accesorios necesarios para poder soportar cada uno de los equipos a instalar. La cuarta ingeniería es presentar el tipo de almacenamiento y todos sus accesorios seleccionados para la correcta conservación de grano. La quinta ingeniería es relacionada a la secadora de grano. La siguiente ingeniería se presenta la báscula correcta para el uso solicitado. La séptima ingeniería es mencionar el equipo de laboratorio para el análisis y cuidado de los graneles a manejar. La octava se compone del desarrollo de la ingeniería eléctrica y automatización del proyecto. Todas las ingenierías conforman la propuesta formal de cotización, que el cliente tendrá que analizar y ponderar de acuerdo a sus posibilidades de inversión.
Seguido al envío de la cotización formal, el vendedor se reúne con el cliente para exponer la cotización presentada con los planos generales, y disipar cualquier duda o aclaración existente por parte del cliente. El cliente revisa la cotización y, de llegarse a un acuerdo, se cierra formalmente el presupuesto de venta y se procede al siguiente paso, donde el vendedor se compromete a presentarle un programa de obra y flujo financiero del presupuesto pactado para la construcción del proyecto llave en mano. Una vez que el cliente acepta el programa de obra y el flujo financiero, se procede a la elaboración de un contrato legal, donde se plasman las obligaciones de cada una de las partes. Este es aceptado y firmado por sus representantes legales y da inicio a la presentación formal de una factura de anticipo, misma que al ser pagada marca la puesta en marcha del desarrollo de ingenierías, compra de equipo, fabricación de equipos, estructuras y accesorios y movimiento de personal para iniciar la obra.
El departamento de ingeniería es el líder del proyecto, marcando la pauta al resto de los departamentos, tales como compras, fabricación y operaciones, para que cada una de las actividades de estos departamentos y sus ingenierías se vaya entrelazando en tiempo y forma, siguiendo el programa de obra. Ingeniería actúa como el engrane mayor de un reloj suizo que junto con los demás engranes y departamentos, logran una sintonía y armonía que conllevan a la construcción de un proyecto llave en mano.
A lo largo del proceso existe una comunicación constante entre personal en sitio: ingeniería, ventas y cobranza, para reportar los avances de obra, presentando estimaciones de avances conceptuales y cuantitativos a los clientes, para avanzar en el flujo financiero y que la obra no tenga retrasos por falta de flujo, y a la vez cumplir en tiempo y forma con los materiales y equipos. Al finalizar la construcción existe un tiempo determinado, previamente acordado con el cliente, destinado para la capacitación del personal operativo y la puesta en marcha oficial de la planta. En este proyecto de centro de acopio, los entrenamientos brindados por parte de Meprosa al personal cubren el uso y mantenimiento requerido de todos los equipos instalados en la planta, como lo podrían ser: la báscula, el uso del equipo de laboratorio, el volcador hidráulico, los elevadores y mecanizaciones para transporte de grano, la secadora de grano y lo que conlleva a las temperaturas y humedades para una buena conservación, el uso del equipo de almacenamiento y su sistema de aireación. También se entrena en el uso de los controladores eléctricos y automatizados, para que comprendan cómo debe ser manejada la planta y sus secuencias. Se incluyen los manuales de todos los equipos incluidos en el proyecto, para que sean consultados para cualquier duda referente a mantenimiento y uso diario.
Al finalizar, se entrega una carta formal de finiquito, donde se realiza un recorrido final, inspeccionando cada uno de los equipos y conceptos del presupuesto vendido, revisando cantidades, metros lineales, kilogramos, capacidades y tamaños de todo lo relacionado con el presupuesto. Una vez teniendo la entera satisfacción del cliente, se firma la carta por ambas empresas y se procede a presentar la factura de finiquito.
En Meprosa somos especialistas en la construcción de proyectos llave en mano, ya que a lo largo de nuestra trayectoria, hemos desarrollado todas y cada una de las ingenierías en casa. Esto nos permite ofrecer construcciones integrales donde el cliente logra tener el contacto con un solo proveedor facilitando el control, desarrollo y ejecución de la obra. Asimismo, la garantía que requiere el cliente, por el buen y correcto funcionamiento de sus instalaciones es, la recibe de un solo proveedor, en este caso Meprosa.
Para el cliente, es de gran conveniencia contratar un proyecto llave en mano con nosotros, ya que el responsable de todo el proyecto y sus garantías, siempre será solamente una empresa. En Meprosa, nos caracterizamos por el buen cumplimiento de la construcción de un proyecto y cuando ha sido necesario aplicar garantías, lo hacemos de una manera cabal y formal. En nuestra mente, siempre el cliente será primero.
A través de los 30 años de Meprosa, hemos logrado que nuestros clientes nos identifiquen como amigos, más que proveedores. Nos ha llevado a ser parte de su éxito construyéndoles en más de una ocasión a lo que en nuestra industria se le llama prestigio.