En la industria agroalimentaria existen muchos equipos que conforman los centros de acopio de granos, plantas de alimentos y plantas industriales que son vitales para su funcionamiento. Uno de estos equipos es los volcadores hidráulicos. Estos equipos han venido a formar parte esencial de una planta debido a que impactan directamente en el tiempo de recepción del producto a almacenar y a la forma en la que se recibe el grano. Son equipos operados por el hombre de una manera fácil ayudando a que el trabajo sea más simple. Este equipo no es crítico para la operación de la planta, pero es un hecho que es un equipo que tendrá un efecto directo en la efectividad y rendimiento de la misma, reduciendo los tiempos de reciba y creando oportunidad de mayor flujo de producto y, por consecuente, mayor número de transacciones.
El no tener un equipo como este, puede crear una larga fila de camiones o tráilers en espera de descarga del producto. No es lo conveniente, ya que el grano en espera perderá peso, sufrirá cambios en humedad y por lo consecuente, se verá afectado el valor económico del producto.
Los volcadores hidráulicos es un equipo que nosotros, Meprosa, fabricamos en nuestra Planta Volcadores ubicada en Los Mochis, Sinaloa. Es fabricado por nuestro equipo, donde lleva tareas como soldadura, corte, ensamble, y pintura. Es un equipo cuyo objetivo de uso principal es levantar el camión o tráiler que llega a la planta lleno de producto a almacenar, ya sea algún grano o harina. Se levanta o inclina el tráiler y ayuda a que el producto sea descargado por gravedad hacia la reciba y posteriormente sea almacenado. Este equipo puede verse como algo simple, pero tiene muchos componentes que deben ser fabricados y ensamblados de manera correcta y precisa para el funcionamiento óptimo.
Funciona de una manera mecánica con una unidad de potencia, la cual puede ser mecánica o eléctrica, dependiendo del tipo de operación que requiera el cliente. El cliente es quien define qué tipo de unidad de potencia quiere, dependiendo del gusto, de la experiencia y por recomendaciones de nosotros.
Hay operadores que sacuden el equipo dañando el volcador, la unidad de potencia, o ambos. Nosotros como Meprosa recomendamos, dependiendo del uso que se le da al volcador, si vemos la práctica de querer hacer vibrar el volcador para ayudar a la descarga, recomendamos adaptarle un sistema de retraso o una válvula que bloquea la maniobra y restringe al operador para que sea más suave su operación, independientemente si la unidad de potencia es mecánica o eléctrica.
El equipo se opera mediante la unidad de potencia con aceite hidráulico a 1600 libras para accionar los pistones y poder levantar el volcador, más el camión lleno de producto. El volcador está fabricado para cargar su peso, que es de aproximadamente doce toneladas, más el peso de un camión o tráiler lleno de producto, que ronda en 45 toneladas, para llegar a un total de 57 a 60 toneladas. El modo estándar tiene palancas para accionar los topes, subir y bajar la plataforma del volcador.
En el industria granelera mexicana, es de suma importancia contar con volcadores hidráulicos para recibir grano o pasta en la planta, debido a que los camiones o tráilers que transportan la materia prima desde el campo no cuentan con descargas inferiores, por lo que es necesario levantar el camión o tráiler y por medio de gravedad recibir el producto.
Antes se hacían de una manera muy rudimentaria. Primeramente se fabricaban volcadores en un área de trabajo, donde el procedimiento era enterrar los elementos de acero en el terreno natural. De esta forma, se obtenían las mesas de trabajo para fabricarlos al aire libre. Estas contaban con alrededor de doce soportes de acero, colocando partes de ángulos y placas para nivelarlos. En los soportes, no contábamos con cálculos estructurales, todo se fundamentaba en el conocimiento empírico del personal. Aun así, se podían diseñar y tener un área de trabajo que diera las condiciones mínimas para fabricar un producto funcional.
Después de unos años, se preparó un terreno o área para definir donde estarían las dos mesas de trabajo para fabricarlos. Los elementos que se utilizaron en esta segunda ubicación fueron más seguros y diseñados para los requerimientos de la fabricación del producto. La idea era tener el área con instalaciones más resistentes y aptos para fabricarlos, ya que hay diferentes volcadores que requieren procesos como tensarlos y doblarlos para soportar cargas más grandes.
Antes los volcadores que fabricábamos eran solamente en el tamaño de 40 pies. Ahora los más comunes son de 60 pies y 70 pies. Se revisó el diseño y se hicieron los cálculos necesarios para poder enviar el producto final al cliente, en dos piezas para cumplir con las reglas federales de tránsito para el traslado de los mismos. Ahora el producto terminado se manda en dos piezas, llega a sitio, se fija, se atornilla y se suelda para unirlos y que su funcionamiento sea como es debido.
Si comparáramos un volcador producido por Meprosa hace diez años o más, contra uno producido en nuestra nueva planta, las diferencias son muy notables física y estructuralmente. Ha habido muchas mejoras en cuanto a diseño. La experiencia nos ha brindado mucha información, la cual ha sido clave para mejorar nuestro producto. En especial la operación humana es quien ha dictado todos los cambios y mejoras que se han hecho. Aunque muchas de las fallas son producidas por una mala operación humana del equipo, sin embargo el operador le atribuye la falla al equipo en sí. Es por esto, que hemos revisado con calculistas y hemos mejorado en las banderas, refuerzos con cartabones, aumento de grosor de vigas, etc.
La experiencia nos ha demostrado que si el humano realizara una operación perfecta, pudiéramos fabricar volcadores hidráulicos menos robusto y su operación sería un éxito. Nuestro producto es fabricado con un mayor porcentaje de seguridad en cada uno de sus elementos para poder enfrentar los errores más comunes de operación, donde el factor humano es clave para el mismo. Es por esto que hemos hecho más resistente nuestro producto para que sea capaz de absorber cualquier error humano y que su durabilidad no se vea afectada.
Nosotros estimamos que el producto es para tenerlo en funcionamiento durante 30 años o más. El secreto de que esto suceda se basa en el mantenimiento preventivo. Los daños que se han presentado en el sistema de operación, a lo largo de nuestra experiencia, han sido por falta de mantenimiento, falta de limpieza en las partes móviles teniendo como consecuente fallas de alineación y ruptura de bisagras. La parte que requiere más revisión visual es el piso de la plataforma. Ya que es donde hay contacto directo con las llantas del tráiler. Algunas fallas también son generadas por el uso que le dan al equipo. A veces desconectan la caja del camión y los puntos de las cargas cambian, causando, en algunos casos, deformaciones y fallas requiriendo un mayor servicio.
De igual manera, la unidad de potencia es otra parte que debe ser inspeccionada y darle mantenimientos preventivos programados. Los puntos que hay que inspeccionar son el aceite hidráulico, ya sea limpiarlo o cambiarlo, y los filtros.
En general, el diseño se hizo de manera interna, con calculistas y el director de Meprosa, teniendo mejoras y cambios estructurales para reforzarlo y tener un producto de mejor calidad.
Nosotros como Grupo Altum / Meprosa hicimos una fuerte inversión en una nueva planta en el parque industrial en Los Mochis, Sinaloa para la fabricación del volcador. Esta planta se diseñó y adecuó para la recepción de materia prima, área de preparación, áreas de trabajo, fabricación de sub-ensambles, área de pintura, área para fabricación de unidad de potencia, almacén de insumos, oficinas y cocina para personal de la planta. Es una planta única en la región para la fabricación de estos equipos y con la flexibilidad de poder fabricar otros tipos de productos, estructuras y accesorios que también son parte de nuestros proyectos llave en mano.
La inversión que hicimos tiene muchos enfoques, como el mejorar el área de trabajo de nuestro personal. Antes las condiciones de trabajo no eran las adecuadas para la fabricación de un buen equipo, y aun así lográbamos ofrecer buenos productos. Ahora con estas nuevas instalaciones, los equipos saldrán con mejor calidad, en menos tiempo y con mejoras en el funcionamiento. La gran parte de la inversión fue enfocada en tecnología de punta para la fabricación de estos equipos. Incluimos nueva tecnología como grúas viajeras, una cabina de pintura que además tiene la función de horno para una mejor calidad en la pintura, equipo de corte, equipo de soldadura MIG, extractores de humo flexibles para ubicarlos en el punto de soldadura y aspirar todos los humos contaminantes. Ahora con los nuevos elementos en las áreas de trabajo, los requerimientos del mismo producto son cumplidos de una forma más natural. Ahora se pueden ajustar partes de las áreas de trabajo individuales para lograr el dobleces o tensado requerido para que el producto cumpla con las necesidades del cliente. Todo esto viene a impactar en la calidad del producto y en un mayor nivel de satisfacción para el cliente. Nos habilita a seguir fabricando productos para la República Mexicana, Centroamérica y el Caribe.
Realizamos la inauguración de la planta el 6 de Diciembre de 2017, con la presencia de colaboradores de nuestras empresas, proveedores, clientes y amigos. Mostrando a los asistentes el proceso de fabricación, así como también el primer volcador fabricado en dicha planta. Una de las metas principales de la planta es poder subir el nivel de fabricación a 15 por año.
Estamos convencidos de la inversión que hemos hecho, viene con mucha responsabilidad y retos en cuanto a producción, calidad y procesos.
Los invitamos a conocer nuestra planta ubicada en Los Mochis, Sinaloa. Sin duda los atenderemos para que conozcan mejor el proceso de fabricación de volcadores hidráulicos.