La inventiva en la industria agropecuaria, así como la necesidad de aprovechar al máximo los recursos de la tierra, ha dado como resultado la implementación de herramientas que contribuyen al rendimiento de las materias primas. Una de esas tecnologías de la infraestructura agropecuaria es el silo de maíz, precio que varía en función de la calidad y los criterios de la empresa responsable.
Este grano en particular es de gran importancia en la alimentación de los latinos, constituye uno de los nutrientes básicos en las mesas de todo el continente, y su procesamiento genera miles de empleos al año.
Sin embargo, ni el maíz ni otros granos de producción fundamental para la economía alimentaria, como el frijol, el trigo y el sorgo, se cultivan y cosechan durante todo el año, sino por temporadas y en unidades de terreno específicas, teniendo presentes factores climatológicos y condiciones geográficas.
En función de ello, se presenta una diferencia de volumen entre cosecha y capacidad de consumo, lo que deriva en la necesidad de conservar los granos de producción para su comercialización posterior o uso en otros ámbitos de la cadena productiva, impidiendo que estos estén expuestos a la descomposición.
De ahí la importancia de contar con un silo para granos en toda nave industrial agrícola, ya que permite el almacenaje y conservación bajo condiciones específicas de humedad, temperatura y protección. Además, la tecnología pecuaria ha avanzado hasta el punto de facilitar herramientas e insumos para controlar, monitorear y llevar a cabo un seguimiento integral de las condiciones físicas que el grano de maíz requiere para conservar su aspecto óptimo y sus propiedades nutrimentales, como sistemas de monitoreo, control de la temperatura dentro del silo, sistemas de inyección y extracción de aire y enfriamiento.
¿Qué es el ensilaje?
En términos simples, se conoce como ensilaje al proceso de conservación de granos, a través del uso de herramientas de almacenaje con tecnologías que permiten tener un control sobre su estado interno, compactándolos de ser necesario y manejándolos para su uso, distribución y comercialización posteriores.
También se crean condiciones anaeróbicas, es decir, de ausencia de aire, evitando que los microorganismos que descomponen los granos o se alimentan de ellos puedan incidir en la calidad de la cosecha.
La implementación del silo de maíz, precio que pueden consultar a través de nuestros canales digitales, es una excelente opción para conservar en buen estado los excedentes del cultivo, de manera que puedan incorporarse a la cadena productiva o suministrarlo al ganado en épocas de sequía, así como en cualquier otro momento de escasez. Lo mismo puede hacerse con el pasto, las gramíneas y leguminosas, según se requiera. Con el ensilaje, el objetivo es preservar de manera completa, en la medida de lo posible, la mayoría de los nutrientes que hacen parte del maíz para que sus propiedades y calidad no se pierdan.
Importancia en la cadena productiva
Pongamos como ejemplo el forraje para el ganado y la importancia de su ensilaje. Lo cierto es que la baja calidad de los pastos en temporada de sequía puede generar graves pérdidas en la industria agropecuaria, ya que disminuye la calidad y producción de la carne vacuna, desciende el suministro de leche, lo que obliga a buscar alternativas para poder dar respuesta a las necesidades alimentarias del ganado, incurriendo en costos extras.
Cabe destacar, por su parte, que el maíz, al igual que otros cereales, es empleado frecuentemente para la elaboración de concentrados para animales. En países latinos y del trópico, el ensilaje es el método de conservación y almacenaje por excelencia, puesto que resulta más económico, ya que puede ayudar a cumplir los requerimientos nutrimentales del animal. Entre las fases de ensilaje de granos podemos mencionar:
Fase aeróbica
Muchas horas después de haberse cosechado el grano, las células que lo componen continúan respirando y consumen oxígeno del aire contenido en el silo, extrae o emite dióxido o bióxido de carbono (CO2), agua y calor. A su vez, grandes cantidades de bacterias aerobias, que se encuentran presentes en la superficie de la planta, siguen reproduciéndose mientras tienen oxígeno disponible. Lo más importante es que esta fase sea muy corta, a fin de evitar la propagación de hongos, levaduras y bacterias; una vez que se acabe la disponibilidad de oxígeno, se imponen condiciones en el maíz ensilado.
Fase anaeróbica
En la medida que se agota el oxígeno, empieza el proceso de conservación, que da lugar a que las bacterias anaeróbicas descompongan los azúcares del grano y los conviertan en ácidos orgánicos, estabilizando el cultivo para su almacenaje.
El proceso tiene lugar una vez que el oxígeno se agota, como ya mencionamos antes, con lo que las bacterias anaeróbicas formadoras de ácido, al igual que otros microorganismos, se multiplican de manera alarmante, produciendo sustancias químicas como alcohol, gas carbónico y ácido acético.
Así, mientras el pH baja, ocurre un incremento eficiente de microorganismos. La actividad de la fase anaeróbica persiste hasta que el pH es lo bastante bajo, al cabo de diez o veintiún días después de que se ha iniciado el ensilado.
Fase de estabilidad
El silo de maíz, precio accesible en Meprosa, empresa en la que estamos comprometidos con la calidad de servicio, necesita reposar y estabilizarse. En ese estado y en ausencia de aire puede durar varios años. Cuando el silo es expuesto al aire nuevamente, se inicia el consumo de oxígeno otra vez y el proceso aeróbico vuelve a comenzar o se retoma, por lo que las bacterias proceden a descomponerlo con rapidez. De modo que sus ventajas son bastante notables y entre ellas cabe mencionar:
- Es un método de preservación rentable y práctico.
- Conserva el sabor y valor nutritivo del grano.
- Se aprovecha el terreno fértil del que se ha cosechado.
- Facilita la apertura de nuevos puestos de empleo.
- Contribuye a economizar en concentrado para el ganado bovino.
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